martes, 30 de septiembre de 2014

Día 10 - Día de descanso en León.




Para poder estar un día más en el albergue tuve que volverme a registrar y pagar otros 10 euros. Me cambié al piso 3. 
El viernes 11 de octubre de 2013 amaneció con mucha lluvia en León: la molestia del pie me libró de la tempestad. El adagio de no hay mal que por bien no venga se cumplió en este caso.
Cuando salí a desayunar vi en el telediario un suceso lamentable: consiguieron muerta a la piloto de fórmula María de Villota en un hotel de Sevilla. Reconozco que estas noticias me generan angustia al recordarme que el tránsito por el camino de la vida tiene un tiempo acotado.
Agarré ánimo con un café fuerte y luego regresé al albergue a lavar mi ropa: fui con Cristian y Juan Carlos.
Luego voy a dar una vuelta por León. Cuando paso por la catedral recuerdo dos datos que nos dio una guía el día anterior: la catedral de León duró 50 años en construirse y 200 años en ponerle los vitrales; hay cuatro catedrales góticas en España, en Toledo, Burgos, León y Santiago.
En un mercado de libros al aire libre compré un texto sobre los templarios de la colección de Iker Jiménez. También fui a una venta de suvenires y compré un búho vestido de peregrino para mi hermana Melina.
Aproveché el WiFi libre de los locales de la llamada Calle Ancha –la Gran Vía de León- para ponerme al día con el feed back a los talleristas de mi taller de escritura creativa. Mientras lo hacía un hombre me pidió para comer: me recordó lo afortunado que era por estar haciendo el camino de Santiago mientras muchos batallan para llevarse un bocado de comida a la boca.
En la noche fui a un abasto con Juan Carlos para apertrecharme de viandas para el día siguiente y luego fuimos junto a Cristofer a tomar cerveza y ver fútbol.
Cada día trae su dosis de muerte y de vida, está en nosotros como equilibrar esas fuerzas para seguir caminando.

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