miércoles, 1 de octubre de 2014

Día 11 - León a Villar de Mazarife – 20,5 Km.




Antes de retomar el camino el sábado 12 de octubre de 2013, despedimos a Juan Carlos porque se iba a Madrid por estar enfermo. Me tocó asumir el rol de profesor de español para Cristofer en ausencia del madrileño. 
Avanzada la mañana nos topamos con Thea, la chica de Israel -fanática de Juan Carlos. Por el golpe en la rodilla no pudo seguir nuestro ritmo y la dejamos atrás.


Durante el día tomé café y comí naranjas, higos, ensalada, una sopa que me regaló Juan Carlos y un pan de Crístofer.
En Mazarife escogimos el albergue “De Jesús”; el nombre nos atrajo y luego supimos que su dueño se llamaba así. El albergue era muy curioso pues permitía a los peregrinos hacer grafitis en las paredes, así que estaban repletas de mensajes y dibujos. 
Como todos los días la llegada al albergue ocurría con mucho cansancio, pero luego de un baño y una corta siesta las fuerzas se recuperan y surge el deseo de visitar el poblado. 
Mazarife parece un pueblo fantasma: algunas casas y muy poca gente. En una de sus calles me topé con un señor mayor de nombre Angel; era un trabajador jubilado de la telefónica española. Me invitó a visitar un museo que construyó en su casa y me asusté al ir al sótano pues luego pensé ¿qué tal si fuera secuestrador psicópata? Gracias a Dios no fue así y la visita fluyó muy bien, me llegué a sentir como los cazadores de tesoros de History Channel.
Pese al descanso de un día en León el pie me sigue molestando un poco. La crema que compré me ha ayudado mucho a mejorar la tensión al final de las jornadas siguientes.
Calculando el resto del trayecto hasta Santiago me doy cuenta que debo caminar un promedio de 30 kilometros diarios y sólo puedo gastar 5 euros por día en cada albergue.


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